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En la década de los 70, como consecuencia del incremento de los costes energéticos provocados por la subida de los precios del petróleo, se hizo necesario plantear tratamientos alternativos a los procesos biológicos aerobios que resultaran más económicos. En este contexto, comenzaron a desarrollarse fuertemente los tratamientos biológicos anaerobios para el tratamiento de efluentes con alto contenido en DQO soluble, como complemento y/o alternativa a los procesos biológicos aerobios.

La alta disponibilidad consiste en una serie de medidas orientadas a garantizar la disponibilidad de los sistemas según los requerimientos para los cuales fueron diseñados. En el entorno industrial, su objetivo principal es que los sistemas necesarios para la fabricación de los productos estén funcionando de forma continua durante un periodo de tiempo fijado por las necesidades del negocio. La industria química, sometida a estrictas regulaciones en materia de seguridad y sostenibilidad medioambiental, y bajo una fuerte presión para la reducción de sus costes operativos, encuentra en esta tecnología una vía efectiva para ganar en competitividad.

Desde que comenzó la crisis financiera en 2008, cuando los combustibles fósiles eran baratos, los costes de la energía, electricidad, gas y producción de vapor se han incrementado de forma constante. Para algunas compañías, los costes de la energía suponen más del 25% de sus costes operativos totales. Al mismo tiempo, dentro de la industria ha existido un mayor énfasis en la mejora del impacto ambiental de la producción.

En este artículo se comenta lo que se esperaba y se obtuvo en la pasada Convención sobre Cambio Climático (COP 19) de Varsovia (Polonia).

Utilizamos la simulación para que nos ayude a predecir, corregir, mejorar y optimizar tareas, operaciones o procesos. Sin embargo, estos entornos no están conectados con los elementos de control que se utilizan en la realidad y que gestionan el comportamiento de válvulas, bombas, robots, etc. No es suficiente simular; es necesario introducir toda la parte de control y de esta manera tener en cuenta posibilidades que no se analizaban. Esto se conoce como puesta a punto virtual.

Hoy en día las sociedades modernas exigen un crecimiento sostenible que permita equilibrar el desarrollo industrial y tecnológico con el respeto a la naturaleza y a los recursos naturales que explotamos. En este ámbito, los residuos constituyen uno de los problemas ambientales más importantes de las sociedades tecnológicas, en particular los asociados con la producción industrial (generación de desechos, subproductos y contaminantes).

La legislación vigente para el control de accidentes graves, en particular el Real Decreto 1196/2003 [1], establece en su artículo 4.4.4 que el análisis cuantitativo de riesgos (ACR) y los elementos de fiabilidad asociados al mismo (estimación de frecuencias de sucesos iniciadores y accidentes finales) pueden ser herramientas clave en la gestión del riesgo cuando así se estime oportuno. Normalmente la exigencia de un ACR y la aplicación de técnicas probabilísticas viene motivada por la presencia de elementos vulnerables dentro del radio de acción de los efectos en caso de accidente. Habitualmente se utiliza la Zona de Intervención (ZI) como radio de afectación, tal como viene definido en el Real Decreto 1196/2003, para tomar una decisión de este tipo.

En el presente artículo se establecen una serie de vías de aprovechamiento de los residuos industriales, para lo que se definen tentativamente términos como los de reciclado, reutilización, reprocesado y regeneración.
Con la anterior categorización se analiza la viabilidad de tales tipos de aprovechamiento o valorización según la naturaleza de los residuos, ya lo sean inertes, de ácidos y álcalis, de aceites y grasas, de compuestos orgánicos peligrosos o no, y otros específicos.

Aunque el tratamiento mecánico biológico es el más extendido en España, en la gestión de residuos sólidos urbanos el orden de los procesos tiene su importancia, por lo que en el presente artículo se describe un tratamiento biológico mecánico, como es el biosecado.

El sector químico de Tarragona, a través de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), ha vivido un año 2013 que sin duda va a marcar un hito. A caballo entre el afán por garantizar el futuro competitivo, a pesar del lastre que supone el coste energético -para paliarlo se ha pedido al Ministerio la transposición de la directiva europea-, y la vocación de liderazgo económico y social en el territorio, se ha impulsado la constitución del clúster, además de seguir avanzando en aspectos de la consolidada política de Responsabilidad Social.