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Los biorreactores de membrana se han convertido en una interesante alternativa a los sistemas convencionales de fangos activos para el tratamiento de aguas residuales. Su principal limitación son los altos costes debidos al ensuciamiento de la membrana. Se revisan los principales aspectos de los biorreactores de membrana, centrándose especialmente en los mecanismos de ensuciamiento.
Los biorreactores de membrana son una modificación de los sistemas convencionales de tratamiento de aguas por fangos activos, en los que los tanques secundarios de sedimentación han sido reemplazados por unidades de membranas. Estos sistemas se han convertido en una opción muy atractiva para el tratamiento de aguas residuales, tanto urbanas como industriales, debido a que son instalaciones relativamente pequeñas que permiten obtener un efluente de alta calidad con una baja producción de lodos (Tabla 1). Desde el inicio del siglo XXI la instalación y mantenimiento de biorreactores de membrana supone un mercado en clara expansión en España, donde esta tecnología se ha desarrollado más rápidamente que en otros países europeos como Francia, Alemania o Reino Unido. En el momento actual, los MBR en funcionamiento en España son principalmente instalaciones industriales de tamaño pequeño e instalaciones municipales de tamaño medio, aunque también existe un cierto número de instalaciones municipales de gran tamaño (< 104 m3/ dia). De hecho, dos de las diez mayores instalaciones de MBR del mundo están en España (Sabadell y San Pedro del Pinatar). En cuanto a la aplicación de esta tecnología a aguas industriales, la mayor parte de las instalaciones en operación corresponden a los sectores alimentario, farmacéutico, cosmético y de lixiviados de vertedero [1].