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La Federación Empresarial de la Industria Química (Feique) y los sindicatos UGT-Fitag y Fiteqa-CCOO firmaron el pasado 31 de enero la declaración “Explorar para decidir”, en la que respaldan la exploración de los recursos de gas no convencional en nuestro país. Como antes hicieran otros organismos, como el Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de España, el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos, o el Instituto de la Ingeniería de España, los agentes sociales del sector químico abren y, a la vez, se posicionan en un debate crucial para nuestro futuro energético: ¿Debemos apoyar los proyectos de exploración de gas no convencional en marcha?
Gas no convencional Made in Europe
La revolución energética que se ha producido en los Estados Unidos gracias a la apuesta por el gas no convencional (representa ya más de un tercio de la producción gasística del país) ha tenido un fuerte impacto, sobre todo para las industrias con gran consumo de energía, como plantas químicas, de aluminio, automoción, cemento, acerías, papel o vidrio. Hoy, al otro lado del Atlántico, el gas se vende a un tercio de los precios de importación de Europa y a un quinto de los de Japón, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), a lo que se añade que el gas no es solo fuente de energía, sino también materia prima para la industria petroquímica y de los fertilizantes. Hoy, en Europa, el etileno se paga el doble que en los EEUU.
Estas diferencias explican en buena parte por qué las inversiones no se están realizando, o no se van a realizar, en Europa. La industria invierte en Asia por su competitividad, en Oriente Medio por sus recursos, o, como no ocurría desde hace tiempo, en un mercado maduro como los EEUU por sus costes. Un ejemplo reciente recogido por el Financial Times en su edición del 25 de febrero: el grupo químico europeo BASF concentrará en los próximos cinco años, y por primera vez, la mayor parte de sus inversiones fuera de Europa. Comparado con el periodo 2009-2013, cuando el grupo invirtió más del 60% de su capital en Europa, en el próximo lustro invertirá el 49%.
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