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Impulsados por la insaciable demanda de experiencias de juego en “mundos virtuales” cada vez más realistas y atractivos, y con el apoyo del constante aumento de potencia del software informático, los videojuegos hiperrealistas son ahora cosa de todos los días. Mientras tanto, en los sectores de proceso, el aumento de la presión económica y normativa incide cada vez más sobre la mejora de la eficacia de la formación de los operadores. Ha llegado el momento de poner la tecnología de los juegos al servicio de las operaciones en activos del “mundo real”.
Aunque hubo un tiempo en que cualquier aplicación envolvente, tal como una simulación de vuelo, exigía costosos procesadores de alta potencia, en la actualidad incluso el hardware más básico permite que los participantes en videojuegos se desenvuelvan en entornos 3D convincentemente envolventes y que interactúen con ellos de manera compleja. Potentes motores gráficos y físicos reproducen con precisión la apariencia y el comportamiento que objetos y materiales virtuales tendrían en el mundo real. Esta tecnología ya se ha usado para tareas de simulación práctica y, ahora, puede aplicarse a las necesidades de las operaciones de las plantas de proceso: el juego industrial.
¿Por qué debería interesar el videojuego industrial a los operadores de plantas? La pregunta se responde sola nada más ver una demostración de AVEVA Activity Visualisation Platform (AVEVA AVP). En lugar del entorno ficticio de una nave espacial o un campo de batalla, AVEVA AVP coloca al jugador dentro de un modelo 3D interactivo de una planta de proceso. Es posible animar los objetos para que se comporten igual que sus homólogos físicos: las válvulas giran y los conmutadores conmutan; se puede quitar pernos y sustituir equipos. Además, igual que ocurre en los juegos para varios jugadores, los individuos pueden colaborar con avatares de compañeros para realizar tareas en equipo. Lo más importante, por supuesto, es que los usuarios pueden practicar procedimientos potencialmente peligrosos con perfecta seguridad, sin riesgos para ellos ni para las instalaciones físicas.