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El aprovechamiento de hidrocarburos en yacimientos no convencionales ha supuesto una auténtica revolución en el panorama energético de Estados Unidos. Los países europeos se plantean si existe la posibilidad de desarrollar una industria del mismo tipo, y España no es una excepción. Este artículo persigue plantear las potencialidades e incertidumbres de este tipo de yacimientos.
Los yacimientos no convencionales de hidrocarburos son aquellos que, por su baja permeabilidad, necesitan de técnicas diferentes a las convencionales para ser explotados. Normalmente, estas técnicas no convencionales incluyen la perforación direccional, que permite orientar los pozos para penetrar en extensiones kilométricas de las formaciones geológicas objetivo, y la estimulación o fractura hidráulica, que se emplea para generar, artificialmente, permeabilidad en la roca.
Aunque pueden existir algunos matices, los hidrocarburos no convencionales se suelen clasificar en tres tipologías diferentes:
- Tight hydrocarbon deposits (tight gas y tight oil): Se trata de depósitos en los que el sistema petrolífero es idéntico al de los hidrocarburos convencionales; es decir, el hidrocarburo es generado en una roca rica en materia orgánica llamada “madre”, a partir de la cual migra hasta una roca porosa y permeable denominada “almacén”, en la que queda alojado y estanco por la acción de una roca o estructura suprayacente, llamada “trampa” o “sello”. La única diferencia estriba en que las condiciones de presión a las que está sometida la roca almacén por su profundidad reducen drásticamente la permeabilidad de la misma, haciendo necesario el uso de técnicas de estimulación para explotar el hidrocarburo de manera rentable. Estos depósitos fueron los primeros en los que se emplearon técnicas no convencionales, proporcionando un espectacular desarrollo tecnológico que da lugar a las perspectivas actuales.
- Metano en capa de carbón (Coalbed Methane, CBM): En este caso, el objetivo no convencional es el gas generado en el seno de las capas de carbón durante el proceso de carbonificación. Este gas, cuya mezcla en ciertas proporciones con el aire es explosiva (grisú), fue tradicionalmente un subproducto peligroso de la explotación de carbón, pero en los últimos tiempos, y especialmente en Estados Unidos, se han desarrollado técnicas efectivas de aprovechamiento de este gas, tanto antes de la explotación del carbón, mediante pozos, como durante la misma, mediante separación del metano diluido en el aire ventilado.
- Gas o petróleo de pizarra o esquisto (shale gas, shale oil): Este tipo de depósitos es el último en el que se ha desarrollado la explotación, si bien su ritmo de crecimiento ha sido espectacular en Estados Unidos, y su potencial es grande en muchas regiones del planeta. En este caso, el sistema petrolífero se reduce a la propia roca madre, de la que el hidrocarburo no ha podido migrar por no existir vías de escape y, por tanto, queda alojado en ella. Este tipo de yacimientos tienen muy baja permeabilidad natural, y precisan de avanzadas técnicas de perforación direccionada y estimulación hidráulica para su aprovechamiento.