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Casi nadie cuestiona la necesidad de contar con fuentes de energía limpias, seguras y económicas, y el shale gas (gas de esquisto) actualmente constituye una alternativa viable en muchos países. Un claro ejemplo se da en los Estados Unidos de América, donde ha habido un rápido desarrollo y explotación comercial en los últimos años, que ha impulsado en dicho país bajos precios del gas con repercusión en el mercado energético internacional. Y en Europa estamos aún en las puertas de poder aprovechar una oportunidad histórica en lo referente a la aplicación real de la técnica de fracturación hidráulica de alto volumen. La producción de shale gas sí podría ser un complemento de una amplia estrategia energética de la UE para algunos países que dependen fuertemente del carbón o el gas ruso, sin llegar a sustituir las orientaciones estratégicas de la política energética de la UE. Con la Ley 21/2013 de 9 de diciembre, de evaluación ambiental, España se ha adelantado fijando el marco legal para que este tipo de proyectos se desarrolle con todas las garantías ambientales y de seguridad.
El gas de esquisto está dentro de la propia roca, que debe fracturarse para liberar el gas. La técnica para su extracción, la fracturación hidráulica de alto volumen (HVHF), viene utilizándose a nivel industrial desde hace más de 70 años, y se define en la reciente Recomendación de la Comisión Europea C(2014) 267/3 como la inyección en un pozo de 1.000 m3 o más de agua por fase de fracturación, o de 10.000 m3 o más de agua durante todo el proceso de fracturación, y su combinación con la técnica de perforación horizontal.
Como para obtener el mismo volumen de gas que en los pozos convencionales tienen que perforarse más pozos en una superficie mayor, es preciso evaluar, gestionar y mitigar los posibles riesgos medioambientales e impactos acumulativos, así como la seguridad y salud tanto en el entorno como en el trabajo. El presente artículo se centra en éstos, en las etapas del proceso de fracking, para finalizar indicando unas recomendaciones para los operadores europeos sobre una correcta gestión de los riesgos y la logística de la manera más eficiente posible.
Como base, contamos con la experiencia de más de 30 años de Inerco en el sector oil&gas, con una dilatada experiencia en el sector gasista, tanto en España como a nivel internacional, desarrollando estrategias, estudios ambientales, sociales, de seguridad y salud, orientados tanto a la consecución de los permisos necesarios como al acompañamiento y asistencia técnica y en campo durante todas las etapas de los proyectos.