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Los biosólidos son la fuente de energía potencial más grande de una planta de tratamiento de aguas residuales, y por lo tanto deben ser utilizados con la mayor eficacia y eficiencia posibles. La digestión anaerobia es considerada en la actualidad como el mejor sistema de producción de biogás, con la hidrólisis térmica de fangos como el pretratamiento más eficaz reconocido. Sin embargo, los sistemas tradicionales de hidrólisis térmica en discontinuo requieren alta inversiones, tanto en términos de energía como de capital. Para superar estas deficiencias se ha desarrollado un sistema de hidrólisis térmica en continuo, EXELYS™, manteniendo un alto nivel de eficacia. EXELYS™ ha sido sometido a pruebas piloto tanto en Dinamarca como en Francia y actualmente este proceso cuenta con referencias en la biorrefinería de Billund, Dinamarca, y en Marquette-Lez-Lille (Francia).
Al considerar las opciones disponibles para reducir el coste energético y la huella de carbono en una planta de tratamiento de aguas residuales (EDAR), los ingenieros y operadores típicamente evalúan diferentes métodos para reducir el consumo de energía, así como para recuperar energía a partir de los residuos existentes. Si bien las mejoras en las tecnologías de aireación, bombeo y control de procesos, son métodos eficaces para reducir el consumo de energía, la única forma en que una planta de tratamiento de aguas residuales puede producir cantidades significativas de energía renovable es utilizar la energía disponible en los biosólidos extraídos. La digestión anaerobia de los biosólidos ha sido el proceso de referencia para este propósito durante varias décadas, debido a que es un proceso relativamente simple y estable que produce gas metano (CH4), transformando una parte significativa de la energía de los biosólidos en calor y electricidad [6].