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En el presente artículo se pretende dar una idea general para comprender el alcance de la Directiva ATEX. Dicha Directiva es de gran importancia en la toda la industria, y especialmente en los sectores de alimentación, farmacia y química, ya que se aplica en los siguientes aspectos: manipulación de gases, vapores de líquidos, nieblas y polvos combustibles, y mezclas híbridas de gases y polvos, de mayor riesgo (mayor facilidad de inflamación y severidad de explosión), así como los equipos típicos en esta industrias, como reactores, centrífugas, secadores de lechos fluido, tanques, molinos, filtros, elevadores, cintas transportadoras, etc.
El 1 julio de 2003 entró en vigor la Directiva 99/92, o ATEX 137, que afecta a las empresas y que es traspuesta por el Real Decreto 681/3. Este es el resultado de la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales de 1995, en su artículo 6, que indica que se deben tomar medidas en ambientes con atmósferas explosivas.
En el aspecto de seguridad de máquinas, ATEX da lugar a la Directiva 94/9, o ATEX 95, Real Decreto 400/96, que indica lo que deben cumplir los equipos cuando están instalados en zonas clasificadas (es decir, la Categoría ATEX que deben cumplir los equipos). Además de normas eléctricas, obligatorias antes de 2003, se deben cumplir normas referentes a otras fuentes de ignición: mecánicas, electrostáticas, temperaturas, rayos, llamas, etc.
Además, la seguridad en las reacciones químicas está muy relacionada con la seguridad ATEX. La Directiva de Productos Químicos 98/24, Real Decreto 374/2001, que, entre otros puntos, indica que se debe confirmar la posibilidad de una reacción exotérmica antes de llevar una reacción a planta, y, por consiguiente, una explosión. Así, en Gran Bretaña la ATEX y la Directiva de Productos Químicos se decidieron aplicar conjuntamente. En este sentido, en las imágenes (Fotos 1-4) pueden verse los efectos de la explosión de los tanques de almacenamiento del aeropuerto de Londres en 2005.