Empresas Premium
Actualmente existen diferentes tipos de proceso para el tratamiento de las aguas contaminadas con hidrocarburos. En este artículo se presenta una planta de tratamiento basada en la electrocoagulación, electrooxidación y decantación con el fin de disminuir la DQO de >10.000 mg O2/L a
“El agua no es un bien comercial como los demás, sino un patrimonio que hay que proteger, defender y tratar como tal”. Esta frase es el primer considerando que hace la Directiva 2000/60/CE [1], también conocida como Directiva Marco del Agua. Para llegar a este considerando, el ser humano ha tenido que darse cuenta de que el agua es un bien escaso y no se debe contaminar.
Dos de los sectores más importantes en la utilización del agua es el sector industrial y el petroquímico, que liberan diferentes tipos de contaminantes, entre los cuales cabe destacar las partículas coloidales. Los coloides son partículas microscópicas de entre 1 nm y 10 µm, los cuales se encuentran dispersados en otra sustancia. Su estabilización o desestabilización es el resultado de la carga presente en su superficie [2]. Estas sustancias no son fácilmente eliminadas, al ser “estables” en solución acuosa, debido a que su agregación o sedimentación es muy lenta. Por esta razón, es necesario el uso de procesos como la coagulación y floculación química. La coagulación es un proceso en que se desestabilizan las partículas coloidales para formar agregados entre ellas. La floculación es la aglomeración de estas partículas en flóculos que tienden a depositarse en el fondo. De esta forma se potencia la decantación para conseguir separar estas partículas o agregados del agua y, así, descontaminarla. Se considera que la desestabilización puede ser producida por la compresión de la doble capa eléctrica, causando un aumento de la fuerza iónica y la neutralización de las cargas superficiales debido a la adsorción de iones [3, 4].