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Uno de los grandes problemas ecológicos de la industria petrolera son las aguas producto de la extracción del crudo, denominadas como aguas congénitas o aguas producidas, las cuales son consideradas aguas difíciles de tratar debido a los grandes volúmenes que se deben manejar y el elevado coste de su tratamiento.
Estas aguas son subproductos del proceso de perforación y extracción del gas y petróleo, y se encuentran mezcladas en los depósitos del subsuelo con la parte aceitosa o crudo y gas. Al ser su proceso de extracción poco selectivo, se obtiene la mezcla para su posterior separación mediante métodos físico-mecánicos.
Debido a su almacenamiento previo a la extracción, estas aguas presentan un alto contenido de compuestos orgánicos, hidrocarburos policíclicos, metales pesados y diferentes sales, entre otros componentes. La composición y la concentración de cada uno dependen del tipo de crudo de la región de extracción, así como del método de extracción empleado.
Entre las diferentes clasificaciones dadas a las aguas congénitas, estableceremos de forma general la correspondiente al tipo de reserva de la extracción:
• Aguas provenientes de las reservas de gas pizarra, SGPW (Shale Gas Produced Water).
• De gas de arenas compactas, TGSPW (Tight Gas Sand Produced Water).
• De metano de lechos de carbón, CBMW (Coalbed Methane Water).
• De gas natural, NGPW (Natural Gas Produced Water).
• De petróleo, OPW (Oilfield Produced Water).