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Las instalaciones de protección contra incendios han de cubrir una serie de criterios de buenas prácticas a la hora de instalarse o ponerse en marcha; criterios que permitirán obtener las mejores prestaciones en base al sistema elegido. Así pues, este artículo permitirá conocer algunos de estos criterios de buenas prácticas, los cuales no distan mucho de los existentes para otros sistemas industriales.
Todos estamos familiarizados con los manuales de buenas prácticas en múltiples aspectos de nuestra vida cotidiana. Manejamos con frecuencia hábitos de buena práctica a nivel de salud, en cuanto a medidas de ergonomía, cuidados del automóvil, equipos informáticos, etc. Todos estos criterios de buena práctica nos ayudan a obtener los mejores resultados dentro de cada uno de los aspectos que contemplan: desde el uso saludable de la climatización hasta el planteamiento más adecuado para instalar electrodomésticos, etc. En general, estamos acostumbrados a la idea de que cualquier sistema, utensilio, método, aparato o hábito, puede ser empleado de forma óptima para conseguir los mejores resultados.
En el mundo de la ingeniería y la construcción, este criterio de buenas prácticas está muy implantado, por ejemplo, en lo que se refiere al diseño y construcción de máquinas. Desde los requisitos básicos de seguridad marcados por diferentes directivas europeas, hasta las instrucciones de uso y mantenimiento de los fabricantes, todas contienen, de forma más o menos explícita, indicaciones para hacer que dichos equipos funcionen con su mejor rendimiento y las mayores garantías de seguridad de utilización.
Las instalaciones de protección contra incendios no son una excepción a todo lo anteriormente comentado. Sin embargo, por tratarse de instalaciones “no productivas”, no siempre se siguen los criterios de buena práctica a la hora de instalarlas o ponerlas en marcha. Más bien ocurre que se siguen las pautas de mínimos para hacer algo aceptable desde el punto de vista normativo, pero sin profundizar demasiado en si el sistema va a funcionar o no a su mayor rendimiento.