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La planta de tratamiento de aguas residuales de Achères, construida en 1936 y situada a las afueras de París, es hoy objeto de un programa de inversiones de 776 millones de euros para aumentar su capacidad y llevarla hasta el nivel de los modernos estándares medioambientales. Este enorme proyecto necesita los recursos combinados de OTV (subsidiaria de Veolia Water) y Degrémont (subsidiaria de Suez Environnement). Ambas empresas han formado una sociedad conjunta, Biogep, para llevarlo a cabo.
La mera escala del proyecto es impresionante. La instalación de Achères es tres veces más grande que la segunda mayor planta de tratamiento de aguas residuales de Francia, y es una de las mayores del mundo, solo por detrás de Chicago. En 2007, cuando se inició la demolición de la instalación actual, fue la mayor obra de demolición de Francia. En 2012 se inició el nuevo proyecto; cuando finalice, un equipo de 1.200 personas, con la ayuda de 32 grúas, habrá movido un total de 600.000 m3 de tierra y habrá vertido 216.000 m3 de cemento, ha asegurado Mehdi Rafik, ingeniero especialista en OTV.
El tratamiento eficaz de 47 m3 de aguas residuales de París por segundo requiere tecnología sofisticada. El proyecto expandirá las capacidades actuales de la planta con la adición de la tecnología Biostyr de Veolia y de procesos de filtración basados en membranas. Una vez completada, la instalación mejorada empleará 40 nuevos biofiltros para alcanzar una tasa de purificación del 98–99%. Las impurezas residuales serán biodegradables y se degradarán de manera natural cuando el agua tratada se reintroduzca en el río vecino, el Sena.
Estos procesos más eficaces no solo aumentarán la capacidad de tratamiento de la instalación, sino que también reducirán la superficie de la instalación. Las pilas de decantación primaria al aire libre se eliminarán gradualmente para devolver el 40% del área total de la instalación, unas 800 hectáreas de terreno, a la ciudad de París.