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Para evitar catástrofes como la de Seveso en 1976, existen normativas como la IEC/EN 61508, que definen la fiabilidad y la seguridad de sistemas electrónicos, denominado SIL (Safety Integrity Level). En los instrumentos eléctricos estas normativas se refieren al transmisor y no al sensor, o sea, el componente propio que capta la temperatura. Dado que el transmisor y el sensor no funcionan por si solos, hay que evaluar el conjunto y comprobar su idoneidad bajo los criterios SIL.
La temperatura es la magnitud física más medida en la industria de procesos, y desde sus inicios hace 130 años han aumentado sin parar las variantes de su instrumentación a cifras innumerables. Los criterios para todos los dispositivos siguen siendo la exactitud y la fiabilidad a largo plazo.
Los fabricantes de instrumentos de medición de temperatura se enfrentan a exigencias referentes a resistencia y prestaciones cada vez más elevadas. Las sondas deben mantener su buen funcionamiento en aplicaciones con presiones elevadas, medios y ambientes calientes, vibraciones y/o medios agresivos. Asimismo, los usuarios piden mediciones exactas con cortos tiempos de reacción, un procesamiento estable de la señal, resistencia contra los efectos electromagnéticos y una elevada rigidez dieléctrica.
La gran variedad de normativas internacionales complica aún más el desarrollo técnico. Las normas relevantes IEC/EN 61508 (fabricantes y proveedores de equipos) y la IEC/EN 61511 correspondiente (para la industria de proceso), por ejemplo, fijan los objetivos, pero dejan un amplio margen de interpretación para el diseño concreto de las sondas de temperatura.