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El presente trabajo demuestra las características únicas del FAGE (monoéster de ácidos grasos y el glicerol formal) como componente en mezclas de biocombustibles para automoción; su innovador y eficiente proceso de producción, las propiedades de sus mezclas con diésel y su comportamiento en motor.
Los biocombustibles se han utilizado en el siglo XXI como respuesta tecnológica a dos importantes amenazas: el calentamiento global y la pobre diversificación tecnológica para la producción de combustibles líquidos, factor relacionado con la seguridad energética. En Europa el biodiésel alcanzó su uso generalizado tras la entrada en vigor en 2003 de una medida legislativa que apoyaba su uso y su producción. La importancia histórica de este hito reside en que, por primera vez, se produce la transición desde el mercado monodominante de diésel, obtenido de combustibles fósiles, a un mercado de mezclas. Se trató verdaderamente de un gran logro socio-tecnológico colectivo comparable a otros grandes cambios socio-tecnológicos, como la transición del transporte animal a los vehículos de motor en el siglo XIX. La introducción del biodiésel implicó la superación de numerosas barreras técnicas para asegurar que los métodos productivos garantizaran un producto de alta pureza que no dañase los motores diésel, pero también la movilización de inversiones, la construcción de nuevas infraestructuras, la transformación de los sistemas agroalimentarios, etc.