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Son varios los indicadores relacionados con el nivel de contaminación de una determinada muestra. Sin embargo, cuando se trata de medir la carga orgánica presente en aguas y otros tipos de muestra, la medida del Carbono Orgánico Total (COT) es un parámetro clave. En el procesamiento y tratamiento de aguas potables y residuales en la industria química, alimentaria y farmacéutica, la posible presencia de compuestos orgánicos debe controlarse de forma precisa y eficiente. También en otros procesos en los que sea necesario el control de aditivos orgánicos o evitar y actuar a tiempo ante la contaminación de aguas de proceso en intercambiadores de energía. Frente a otras medidas o valores derivados y relacionados, una mayor relevancia de la medida del COT viene determinada por su sencillez a la hora de automatizar o analizar en continuo este importante parámetro.
El Carbono Orgánico Total (COT) engloba la suma de todos los compuestos orgánicos presentes en la muestra, y como parámetro sumatorio aporta una medida fácil, rápida y precisa, de su nivel. En función de las condiciones externas, una mayor concentración de compuestos orgánicos puede facilitar el crecimiento microbiano, afectar el funcionamiento de otros equipos y favorecer la formación de otros subproductos no deseados e incluso tóxicos.
La medida del COT es mucho más que una forma rápida y simple para la determinación del contenido de compuestos orgánicos en una muestra. Dada la gran cantidad de sustancias orgánicas presentes, por ejemplo, en aguas residuales, que sería prácticamente imposible de identificar y cuantificar individualmente, su medida global expresada como COT es la única forma de llegar a una conclusión sobre el nivel real de contaminación por compuestos orgánicos en este tipo de muestras