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Los grandes condensadores industriales son equipos muy extendidos en ciertos sectores industriales, como son las centrales nucleares, térmicas y similares. Dependiendo de la naturaleza del fluido de trabajo, se pueden clasificar en aerocondensadores y condensadores de agua.
Los aerocondensadores tienen un bajo rendimiento por emplear el aire como fluido refrigerante, debido al bajo calor específico del mismo. Por este motivo necesitan grandes dimensiones, y su uso es muy restringido a zonas con escasez o ausencia de agua.
El segundo tipo, el condensador de agua, es, por tanto, el más extendido por las razones arriba explicadas. De entre los múltiples elementos de que constan estos equipos, el objetivo del presente artículo son las cajas de agua y sus elementos auxiliares. Estas cajas, situadas tanto a la entrada como a la salida del cuerpo de tubos de intercambio de calor del condensador, hacen la función de colectores del fluido de refrigeración (agua). Suelen estar construidas de acero al carbono y, al trabajar en inmersión continua, necesitan de una protección contra la corrosión (un error muy extendido es depreciar el poder corrosivo del agua sobre sustratos metálicos, fundamentalmente acero al carbono).