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En la última década muchos han sido los avances en las espumas para el combate de incendios. Además de las nuevas formulaciones y tipos de espumógenos, nuevas normas de ensayo han sido desarrolladas y modificadas, tratando de obtener condiciones de ensayo lo más representativas posibles de los riesgos reales.
Ejemplos de lo anterior son la gran aceptación del protocolo de ensayos LASTFIRE (Large Atmospheric Storage Tank Fire) como requerimiento de las espumas en el sector petroquímico, o los cambios en la norma OACI para aeropuertos, e IMO en el sector marítimo. La propia norma europea EN-1568 ha sido revisada en 2008, introduciendo nuevos combustibles de ensayo respecto a la versión original del 2001, y actualmente se encuentra en otro proceso revisión.
Nuevos combustibles han cobrado importancia en los últimos tiempos, como el etanol o las gasolinas aditivadas con productos polares, como el propio etanol, MTBE, ETBE, etc., los cuales convierten un combustible de tipo hidrocarburo en una mezcla de hidrocarburo y líquido polar cuyo comportamiento frente a las espumas tiene peculiaridades que es importante conocer.