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En unas milésimas de segundo un rayo es capaz de provocar múltiples daños personales, e inutilizar por completo un sistema de control provocando cuantiosos daños materiales. La aplicación de medidas protectoras contra sobretensiones garantiza la operatividad y la disponibilidad de las plantas de producción, infraestructuras y plantas de procesos. Las normativas vigentes indican cómo deben protegerse los edificios e instalaciones frente a este tipo de fenómenos para garantizar la seguridad de las personas y de los equipos eléctricos y electrónicos.
Una sobretensión es cualquier tensión superior al valor nominal de la red. Las sobretensiones se dividen en dos tipos:
- Sobretensiones permanentes: la sobretensión tiene una duración superior a un semiperiodo, >10 ms a 50 Hz.
- Sobretensiones transitorias: la sobretensión tiene una duración inferior a un semiperiodo,
Las causas principales de sobretensiones permanentes son la rotura de neutro o problemas en la red de distribución que provoquen un suministro de una tensión superior a la habitual, mientras que las sobretensiones transitorias se generan debido a un origen atmosférico (rayos), conmutación de cargas (switching) en centrales y aparatos eléctricos, y acoplamientos de otros cables de potencia adyacentes.
Para contrarrestar los efectos de una sobretensión permanente, la única opción posible es desconectar la instalación hasta que la tensión recupere los niveles normales; mientras que para contrarrestar los efectos de una sobretensión transitoria se deben instalar mecanismos y dispositivos de protección contra sobretensiones que, al detectar la sobretensión, deriven a tierra la potencia de esta, evitando que se introduzca en la instalación.