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Los continentes y países dependientes de las energías fósiles, como Europa y, dentro de esta, España, miran cada vez más y con mayor interés las energías renovables y apuestan por el desarrollo de las mismas como fuente de su futuro desarrollo. El biogás procedente de diferentes orígenes constituye una valiosa materia para la producción de energía, productos químicos y biocombustibles. Por tal motivo, el biogás, y su transformación en biometano, se presenta como la principal opción de ser el sustituto del gas natural (GN) a día de hoy.
El origen del biogás se encuentra en la descomposición anaeróbica (putrefacción) de la materia orgánica. Una característica de este gas es su elevado contenido en metano (CH4), que le da su propiedad como combustible. La concentración del metano en el biogás se encuentra en un amplio rango de valores, que oscila generalmente entre 30 a 80 %, y que depende en gran medida de su método de producción y tipos de materias involucradas.