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Actualmente es clara la importancia que tiene el desarrollo de productos ambientalmente más amigables, en especial haciendo énfasis en el empleo, emisión y disposición de los disolventes orgánicos, con base en el conocimiento actual que se tiene acerca del impacto ambiental que estos ocasionan en el medioambiente.
Sumado a la problemática ambiental alrededor del uso de los disolventes orgánicos, debe decirse que estos son sustancias que poseen una toxicidad inherente; además, son inflamables y tienen riesgo de explosión, por lo que poseen riesgo de incendio tanto en su fabricación como en su utilización. Por ende, cada vez es más fácil entender porqué existe una presión más fuerte para disminuir la utilización de este tipo de compuestos.
Junto con los aspectos ambientales de toxicidad y demás riesgos que entraña el empleo de los disolventes orgánicos, están las fuentes o recursos naturales de donde se extraen, ya que sabemos que actualmente la industria química se basa en la petroquímica, la cual se fundamenta en el procesamiento del petróleo (un recurso natural no renovable, como se sabe), para la extracción de disolventes, compuestos e intermedios químicos, de los cuales depende casi completamente la química moderna.