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El coste energético de las instalaciones de refrigeración industrial incide de manera fundamental en el balance económico de cualquier negocio, por lo que la elección del sistema más eficiente debe tenerse en cuenta desde el inicio del proyecto. En este contexto, la condensación evaporativa se presenta como una alternativa de primer orden.
Cualquier instalación frigorífica presenta un alto consumo energético, tanto por las elevadas potencias demandadas como por las horas de funcionamiento anuales. La clave reside en combinar un producto de calidad, competitivo, capaz de generar un ahorro económico y energético considerable, y que, al mismo tiempo, mitigue el impacto medioambiental.
En este contexto, un último avance tecnológico lo constituye la denominada “condensación flotante”, un algoritmo de control de presión de condensación optimizado que, para cada temperatura ambiente, busca el punto óptimo de control de la velocidad de ventiladores que maximiza el rendimiento energético del sistema.