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Los sistemas bioelectroquímicos pueden tener un impacto relevante en la valorización sostenible del CO2. La electrosíntesis microbiana permite, simultáneamente, capturar el dióxido de carbono, contribuyendo a la reducción de emisiones de efecto invernadero y la generación de productos químicos o combustibles de interés, como puede ser el metano.
Introducción
La bioelectroquímica es un campo que ha despertado el interés de científicos y tecnólogos desde hace tiempo y que estudia la interacción entre electrodos y microorganismos. Los científicos involucrados en investigación fundamental se han interesado en este campo desde hace mucho tiempo, y en las últimas dos décadas la implicación de la investigación aplicada y la ingeniería han promovido un creciente número de sistemas que se han llamado técnicamente “Microbial electrochemical technologies (MET)” o “Bioelectrochemical systems (BES)” [1]. Este entrelazado de ingeniería, electroquímica y microbiología ha abierto un gran campo de investigación multidisciplinar, además de desarrollos técnicos que se han extendido rápidamente [2]. Otras disciplinas, como la bioquímica, la física o el modelado matemático, han mostrado un creciente interés en las METs durante los últimos años, proponiendo un progresivo número de aplicaciones. Todas estas aplicaciones tienen un principio común, consistente en que los microorganismos electroquímicamente activos interaccionan con una superficie sólida conductora (electrodo) para catalizar una reacción bioquímica.