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La creciente sensibilidad y presión social a nivel mundial, y su necesaria -y exigible- traslación política en cuanto al medioambiente y el cuidado de este, se pusieron de manifiesto a nivel europeo en el año 2004 con la norma EN 14181, bajo el título “Emisiones de fuentes estacionarias. Aseguramiento de la calidad de los sistemas automáticos de medida”. Posteriormente, en el año 2014, vio la luz una revisión de la misma.
Conviene limitar desde un primer momento el ámbito de aplicación de dicha norma al sector industrial (más adelante se darán detalles de las plantas y procesos que se ven regulados por la misma) y, más concretamente, a los analizadores de gases en continuo (a los que la norma denomina SAM – Sistemas Automáticos de Medida), que deben asegurar las condiciones de funcionamiento de la planta en cuanto a las emisiones atmosféricas al aire se refiere, como garantes del cumplimiento de los valores límite de emisión (VLE) concedidos a cada instalación en particular.