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Reactores, cubas, IBCs y bidones son utilizados a diario en toda la cadena de producción, desde recepción de productos, producción, transporte y envasado. Asegurar su limpieza para la reutilización, sin contaminantes y minimizando los consumos y tiempos es un proceso clave para una alta eficiencia y lograr una economía circular.
El lavado de los contenedores utilizados en fase de producción o de transporte de cada tipo de materiales líquidos (pinturas, tintas, aceites minerales y alimenticios, productos químicos, etc.), pastosos (adhesivos, resinas, siliconas, cremas cosméticas, de parafarmacia o alimenticias) o en polvo (materias primas para elaboraciones químicas, productos alimenticios) es una tarea que, todavía en muchos ámbitos, se sigue llevando a cabo sin que haya un control real de los costos involucrados. Lo normal es que el lavado de los tanques de mezcla, de los reactores fijos, de IBC, así como de bidones y contenedores más pequeños, se realice de forma manual, con personal que utiliza herramientas básicas, como cepillos, trapos; o de forma semiautomática, con medios asignados de herramientas de bricolaje o semiprofesionales. Los detergentes necesarios para el proceso de lavado pueden ser diferentes; su elección claramente depende del producto que haya que lavar. Se puede utilizar simplemente agua, en las situaciones más fáciles, detergentes o, incluso, disolventes de varios tipos. Es cierto que, según vaya aumentando la dificultad, habrá que escoger productos más agresivos para lavar nuestros contenedores, con el consecuente incremento del peligro para los operarios con la tarea asignada.