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La industria química es una de las más importantes a nivel nacional, lo que implica que tenga un elevado nivel de consumos energéticos. La monitorización energética es una medida de ahorro fundamental que se aplica a cualquier subsector, y es el paso previo a la implantación de cualquier otra medida de ahorro. La monitorización ha cobrado especial importancia en los últimos tiempos, debido a los cambios legislativos en el sector de la electricidad, así como al contexto de elevados precios en el que nos encontramos.
Contexto actual de la industria
La industria química es uno de los sectores más importantes dentro de la industria española, tal y como atestigua su contribución del 5,5 % al PIB [1] y el 3,7 % [1] del empleo. Asociado a estas cifras se da un importante consumo energético, siendo el mayor tercer contribuyente al consumo energético industrial, solo por detrás de la industria alimentaria y de la metalurgia [2]. Sin embargo, se trata de una industria que sigue liderando la inversión en I+D+i, área a la que destina 1.038 millones anuales [1]. Los destinos fundamentales de estos esfuerzos económicos son la descarbonización de los procesos, la economía circular y la digitalización. Por tanto, es probablemente uno de los sectores que está llevando a cabo más esfuerzos para la reducción de consumos energéticos y la mejora de la eficiencia energética en general.
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