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La proliferación de nuevos proyectos, formas de generación de estos gases y también del uso de los mismos, hace que haya diversidad de criterios a la hora de abordar la prevención o minimización del riesgo ATEX en este tipo de instalaciones, incluyendo el “último en llegar” (aunque conocido desde siempre), como es el caso del H2.
Introducción
Seguramente estemos de acuerdo en que se está asistiendo a un cambio en el modelo energético. En este cambio, el uso y/o generación de nuevos combustibles forma parte de la solución en su etapa inicial. Europa así lo está entendiendo, y proyectos como el LNG Blue Corridor, Core LNG Hive (http://corelngashive.eu/es/), Biogasnet (https://biogasnet.eu/) o H2 Ports (https://h2ports.eu/) son algunos de los ejemplos de la promoción de estos nuevos combustibles y algunos usos de los mismos. Lógicamente, el fomento de la generación y uso de estos “nuevos” combustibles va de la mano con la generación de diseños y tecnologías seguras para este tipo de instalaciones. El presente artículo se centrará en cómo abordar la clasificación de zonas por atmósferas explosivas en estas instalaciones, y las particularidades según el combustible utilizado/generado.