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El año 2022 va a suponer un antes y un después para las empresas en todo lo referente a la regulación de los residuos en general, y concretamente para los residuos de los envases. Tras más de un año de tramitación, el pasado 31 de marzo el Gobierno aprobaba la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, y se espera que en los próximos meses se apruebe el Real Decreto (RD) de envases y residuos de envases.
Ambas legislaciones trasponen la Directiva de residuos y la directiva de envases y residuos de envases, con nuevas obligaciones y responsabilidades que tendrán un gran impacto para las empresas.
La nueva ley de residuos, entre otras novedades, incluye un impuesto a los envases de plástico no reutilizables de 0,45 €/t, multiplicado por el peso de plástico no reciclado, que afectará no solo a las empresas fabricantes de los envases, láminas, preformas y cierres para envases plásticos, sino también a importadores y adquisiciones intracomunitarias que introduzcan productos en envases que contengan plástico y envases vacíos. Este impuesto acabará repercutiéndose a toda la cadena de valor, incluyendo a los propios consumidores.