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La producción de plástico reciclados se halla muy lejos de satisfacer la demanda actual. Esto plantea grandes retos a la industria. La adopción de los últimos avances tecnológicos en materia de clasificación de escamas ayuda a cerrar la brecha entre la oferta y la demanda, y brinda a los recicladores una ventaja competitiva por lo que respecta a la eficiencia y la rentabilidad.
La industria del plástico se encuentra en plena transición y afronta diversos retos. Sin duda el más importante es poder suministrar materias primas secundarias de alta calidad en volúmenes lo suficientemente grandes como para satisfacer la creciente demanda actual.
Durante las últimas décadas las tasas de producción de plástico han experimentado un crecimiento sin precedentes. Según Plastics Europe, la producción mundial de plástico alcanzó la cifra de 390,7 (1) millones de toneladas métricas en 2021, de las que 352,3 Tm son plásticos “vírgenes” (90,2 %) y solo 32,5 Tm (8,3 %) son plásticos reciclados postconsumo. Un análisis más detallado de la distribución de la producción total de plástico por tipo revela que las poliolefinas componen la mayor parte de ella, con tasas de fabricación que alcanzan aproximadamente los 180,5 millones Tm. Aunque existe una afluencia de plástico en el mercado y se espera un aumento aún mayor, las tasas de reciclado siguen siendo bajas y el acceso a materiales reciclados de calidad óptima es limitado. En una época en que la legislación y los objetivos de contenido reciclado son cada vez más estrictos y sensibles, es esencial aprovechar todo el potencial de las soluciones a nuestro alcance.