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El empleo de gases renovables en la industria trae consigo nuevos retos. La transición hacia una economía baja en carbono implica cambios en la infraestructura, así como en la forma en que producimos y consumimos energía. La industria gasista está adaptándose a estos cambios mediante inversiones en investigación y desarrollo, colaboraciones con otras y regulaciones que den seguridad a las compañías a la hora de adoptar cambios en sus procesos.
La medición y análisis de estos gases renovables, como pueden ser el hidrógeno, el biogás o el biometano, ya sea en los centros de producción, en puntos de blending o mezcla en redes de gas natural o empleado en consumidores finales, es clave para poder determinar la cantidad y calidad de estos.
Tradicionalmente se han empleado soluciones, como la cromatografía para analizar la calidad de los gases, dado que permite determinar la composición química de una mezcla de gases y cuantificar la concentración de cada componente presente. Existen otras soluciones como los sistemas de medición correlativos, los cuales no determinan directamente los valores de concentración, sino que utilizan interrelaciones entre dos o más estados o funciones físicas de la corriente gaseosa.
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