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De todos es sabido que las fugas de aire comprimido son una enorme fuente de derroche de energía (y dinero), pero ¿sabe cuánto cuestan realmente esas fugas? Tras realizar unas 60 auditorías de fugas en distintas instalaciones industriales utilizando una cámara ultrasónica, llegamos a la conclusión de que, de media, una fuga de aire cuesta unos 1.200 euros al año. Si pensamos que cualquier planta industrial tiene docenas de fugas, o incluso cientos, enseguida nos damos cuenta del potencial de ahorro disponible.
La detección de fugas como práctica necesaria
Dado que los precios de la energía han alcanzado máximos históricos, las fugas de aire comprimido también se han encarecido más que nunca. En estos tiempos, localizar y reparar estas fugas debería ser una prioridad para cualquier equipo de mantenimiento que busque reducir el derroche de energía.
Sabiendo que, por término medio, alrededor del 10 % de toda la energía suministrada a una planta industrial se utilizará para producir aire comprimido, y que el índice medio de fugas en la industria es del 30 %, podemos darnos cuenta rápidamente de que estas son una de las mayores fuentes de ineficiencia energética en un entorno industrial.