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La automatización en la industria química se basa en sistemas de control distribuido (DCS) y tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el análisis predictivo. Es altamente avanzada y crítica, debido a la naturaleza de sus procesos continuos y la necesidad de precisión, seguridad y eficiencia.
A diferencia de otros sectores, la automatización en la industria química tiene que gestionar reacciones químicas, temperaturas, presiones y caudales en tiempo real con muy poco margen de error.
Sus procesos continuos, como el refinado de petróleo o la fabricación de polímeros , no pueden detenerse fácilmente, por lo que la automatización debe ser robusta y con tolerancia a fallos.
Los procesos por lotes, como la fabricación de fármacos, pinturas o adhesivos, necesitan flexibilidad para ajustar fórmulas y parámetros en cada ciclo.
