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(ARTÍCULO DE OPINIÓN)
Más que como una cuestión de urgencia, deberíamos ver la transformación del sector energético como una gran oportunidad para impulsar el crecimiento económico de España y Europa. Además de mejorar la competitividad, al tiempo que construimos un futuro más sostenible.
A lo largo de mis años de experiencia, he sido testigo del auge de la eficiencia energética y de las energías renovables, y creo firmemente que la convergencia de ambas áreas allana el camino hacia un modelo energético moderno y resiliente que beneficia tanto a las empresas como a la sociedad en su conjunto. Y es que la energía más barata es la que no se consume y si se consume que sea energía renovable.
Durante estos últimos años, las soluciones de eficiencia energética han experimentado una gran evolución. Los avances en tecnología, como, por ejemplo, la digitalización de la gestión de la energía a través de sistemas BMS (Building Management Systems) o la iluminación LED, han permitido a empresas y administraciones optimizar el consumo de recursos de forma inteligente y adaptativa.
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