Industria Química Enero 2019

Hacia una inteligencia artificial positiva

Emilio Trigueros es licenciado en Química Industrial por la Universidad Complutense de Madrid y en Química Aplicada por la Universidad de Strathclyde (Escocia). Su carrera profesional ha estado vinculada a la industria de la energía y la dirección de proyectos. En octubre pasado publicó su primera novela: "Al otro lado de las estrellas", una crónica sobre el amor y el desamor con el telón de fondo de la instituciones europeas. En un artículo reciente en El País, Trigueros se preguntaba si la tecnología empresarial propiciada por las nuevas tecnologías no está limitando nuestra libertada personal, si Gutenberg y Zuckerberg, es decir, si cultura y mundo digital, pueden formar parte de la misma aventura de progreso. Para Emilio la respuesta parece ya no solo evidente, sino imprescindible: esta conjunción solo será posible si "logramos poner en el centro de nuestra discusión pública, sea digital, móvil, en la nube, en una tertulia, donde ocurra, lo que nos hace ser personas".      
Así pues, ¿podemos hablar de un nuevo humanismo tecnológico, de la incidencia del factor humano en el desarrollo actual, de la interacción entre el cambio tecnológico y nuestros valores humanos? Christian Madsbjerg, fundador, junto con el danés Mikkel Rasmussen, de la consultora ReD Associates, lo tiene claro y lo plasmó en su obra "Sensemaking: The Power of the Humanities in the Age of the Algorithm", publicada en 2017, cuya tesis es muy sencilla: los algoritmos no pueden explicar el mundo, porque no pueden explicar al ser humano. "No importa cuántos datos tengamos en nuestras manos, o en cuántas formas diferentes hayamos segmentado nuestros mercados, si no tenemos una perspectiva de comportamiento humano involucrada nuestras ideas no tienen poder", asegura.   
El francés Alexandre Cadain se ha convertido también en el país vecino en un defensor de esta idea de una "inteligencia artificial positiva". Según el co-fundador y CEO de ANIMA.ai, este nuevo humanismo permite asociar las nuevas herramientas tecnológicas con la inteligencia humana, posibilitándonos de esta forma disponer de los mecanismos para construir un mundo mejor.