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La mejora de la competitividad de la industria española podría generar un crecimiento adicional del PIB del 2,3%. Así se desprende del informe “Claves de la competitividad de la industria española”, elaborado por PwC con el patrocinio de Siemens.
Para hacer realidad este aumento, sería necesario incrementar la productividad por empleado e impulsar la inversión en I+D, lo que se traduciría en aumentos de la actividad del 1,13% y 1,17%, respectivamente, asegura el informe. Pero si, además, la industria fuera capaz de aumentar el tamaño medio de sus empresas y España, como país, de mejorar factorescomo la calidad de la educación o la carga administrativa, esta aportación al crecimiento económico sería mucho mayor.
En la actualidad, la productividad por empleado de la industria española -no incluye el sector de energía- se sitúa un 34,1% por debajo de la media europea, según datos de Eurostat. Si estimamos que un diferencial del 10% supone una aportación al crecimiento del 0,33%, situar nuestra productividad al nivel europeo equivaldría a un impulso del 1,13% al PIB español.
La reciente reforma laboral está facilitando toda una serie de iniciativas que están incrementando la productividad de la mano de obra. Sin embargo, el estudio señala que todavía existe un déficit de productividad por empleado en una amplia mayoría de sectores. Uno de los que sale mejor parado es el de automoción, ya que adoptó antes -y con mayor intensidad- alguna de las iniciativas que incluía la reforma laboral.
En materia de I+D, la industria española invierte el 0,84% del valor de su producción, mientras que la media europeasupera el 1,5%, es decir, casi el doble. Si calculamos que cada 10% de diferencial de I+D supondría un crecimiento del PIB del 0,13%, la mejora de este factor equivaldría a un aumento del PIB del 1,17%.
Las posibilidades de incrementar el volumen de inversión en I+D de la industria española pasan, entre otras medidas, por atraer uno o más de los centros de innovación que las grandes multinacionales tienen desplegados en otros países -lo que no parece fácil a priori-, y/o por potenciar la actividad innovadora de la pequeña y mediana industria local.
La industria española –excluyendo el sector de energía- aportó en torno al 10% del PIB español en 2011 (cerca de 100.000 millones de euros) y generó 1,8 millones de empleos.