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Durante dos días, a primeros de octubre, químicos españoles y alemanes se dieron cita en la Conferencia ChemH20 2013 para tratar sobre el agua. Este encuentro ha sido organizado por la Asociación Nacional de Químicos de España (ANQUE) y su homóloga Dechema, de Alemania. El congreso tuvo por lema “Gestión sostenible del agua: La industria química marcando el paso”.
La inauguración corrió a cargo de Carlos Negro, presidente del Comité Organizador; Thomas Track, representante de Dechema, y Germán Esteban, de la Dirección General de Investigación e Innovación de la Comisión Europea. Han sido más de cien los expertos inscritos en este congreso, el primer encuentro bilateral de esta naturaleza. La clausura contó con la presencia de Cristina Gutiérrez, miembro del Parlamento Europeo y Presidenta de Foro Europeo del Agua.
Tras la inauguración de la jornada, que corrió a cargo de Carlos Negro, quien destacó que la conferencia “servirán como base para disponer de aplicaciones industriales reales capaces de afrontar los retos actuales y futuros de la sociedad”, Arturo Buenaventura, de Abengoa Water, afirmó que “el uso del agua está cada día más desequilibrado, debido a la creciente concentración en grandes ciudades. Esto debe representar una oportunidad de implementar la tecnología necesaria que lleve agua a cualquier parte”.
Sixto Malato, director de la PSA-CIEMAT y premio Rey Jaime I a la Protección del Medio Ambiente 2011, se refirió a la situación actual respecto del problema del agua, es decir, el crecimiento de su demanda, así como a los principales contaminantes que sufre, que están identificados como procedentes de la actividad industrial y agrícola preferentemente. Además, puso de manifiesto cómo la falta de datos para poder establecer comparaciones entre la tecnología de fotocatálisis solar y otras supone un obstáculo para la implantación industrial de aquélla. La transferencia de la tecnología de la fase de investigación a la industrial precisa que los sistemas sean analizados convenientemente, evaluando el impacto ambiental (análisis del ciclo de vida, LCA), y que los procesos desarrollados sean “robustos”, es decir, que no se vean alterados por cambios en la corriente de agua residual. El diseño de este tipo de instalaciones proporcionará, sin duda, el carácter de “industria verde” a las compañías que lo empleen en el tratamiento de sus aguas residuales, proporcionándoles un importante valor añadido.