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La empresa Covestro inauguró recientemente en Dormagen, cerca de Colonia (Alemania), una planta de producción para fabricar un innovador componente de espuma hecho con un 20% de CO2. Este nuevo proceso permite ahorrar una cantidad proporcional de la materia prima tradicional de origen petrolífero, contribuyendo así a la sostenibilidad que Covestro considera tan potencial.
“Este método de usar el dióxido de carbono como materia prima es un paso importante en nuestro camino hacia un futuro sostenible. El Gobierno Federal de Alemania promueve el uso del CO2 como materia prima para incrementar la base de materias primas de la industria química y abrir así nuevas vías para la sostenibilidad”, señaló Thomas Rachel, Secretario de Estado Parlamentario del Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania. Este Ministerio apoyó la tecnología de Covestro con su contribución financiera en la fase de investigación y desarrollo.
En Dormagen, Covestro utiliza el carbono del CO2 para fabricar un nuevo tipo de poliol. Se trata del bloque constituyente básico de la espuma de poliuretano, un material versátil que se utiliza en muchos sectores de todo el mundo y que empleamos a diario. El dióxido de carbono se enlaza químicamente con el interior del material.
La empresa ha invertido alrededor de 15 millones de euros en la nueva planta, cuya capacidad de producción anual es de 5.000 toneladas métricas. El CO2 utilizado es un producto residual de una química adyacente.
El nuevo poliol con base de CO2 se ha diseñado inicialmente para su uso en una espuma flexible de poliuretano destinada a colchones y mobiliario tapizado. En cuanto a calidad, la espuma proporciona unos estándares que son, como mínimo, tan elevados como los de los materiales convencionales fabricados únicamente con materias primas petroquímicas, es decir, petróleo, aseguran sus responsables.
Si los nuevos productos con base de CO2 logran una acogida tan favorable como se contempla, Covestro prevé un notable incremento de la producción. La empresa también trabaja, además de en la espuma flexible, en la fabricación de muchos otros plásticos con dióxido de carbono. Su aspiración pasa por, algún día, prescindir en gran medida del petróleo en la producción de plásticos, añaden estas mismas fuentes.