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El 19 de junio se presentaba oficialmente Fibreship, un ambicioso proyecto de innovación que permitirá la construcción de buques de navegación marítima y de navegación interior de gran longitud (más de 50 metros de eslora) sólo con materiales compuestos (FRP).
Con un coste total estimado en unos 11 millones de euros, de los que nueve provienen de la Unión Europea, a través del Programa Horizonte 2020, el proyecto está liderado por cinco empresas y organizaciones españolas: Centro Tecnológico Soermar, CIMNE (Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería), Compass IS, Instituto Español de Oceanografía (IEO) y TSI, que representan más de un 30 % del total del Proyecto. Su coordinador Raúl Salinas, ingeniero naval español, perteneciente a TSI, lo considera un desafío innovador, técnicamente realizable, y una oportunidad para el sector naval, generado por 18 entidades pertenecientes a 11 países, todas ellas representativas de la industria pesquera y de la construcción naval europea.
Para lograr este objetivo, Fibreship desarrollará, calificará y auditará materiales innovadores de Fibre-Reinforced Polymers (FRP) para aplicaciones marinas. En concreto, incluye el diseño y aplicación de indicadores de rendimiento en la evaluación de las diferentes soluciones desarrolladas para tres categorías de buques: comerciales ligeros (buque portacontenedores), transporte de pasajeros y ocio (ferry) y servicios especiales (buque oceanográfico). Para cada uno de estos tres tipos de buque seleccionados se elaborará una guía completa sobre el diseño correspondiente, con el fin de realizar guías y reglamentaciones para todo tipo de buques.
Según Raúl Salinas, “se fabricará un prototipo que pueda someterse a pruebas reales, sobre todo en aquellas características funcionales críticas de estos nuevos materiales. Por ejemplo, vamos a evaluar en este aspecto una solución innovadora con nanopartículas intumescentes, además de una serie de biomateriales y fibras de reciclaje que pueden ofrecer un coste - eficacia mayor que los actuales para la construcción de elementos estructurales”.
Los nuevos materiales de FRP y los procesos de construcción planteados por Fibreship se concretan en los beneficios siguientes:
Europa sigue controlando alrededor de un 40 % de la construcción de buques civiles y navales del mundo, y destaca sobre todo en construcciones ligeras, en estructuras de casco de buques con una longitud de hasta unos 50 metros de eslora. Actualmente la mayoría de las embarcaciones de ocio y veleros, transbordadores, patrulleros y buques de rescate y buques de guerra de menos de 50 metros de eslora ya se fabrican con materiales de FRP en lugar del clásico acero, pero hasta ahora no se había planteado trasladar toda su construcción con FRP en buques de mayor tamaño. El uso de esos materiales para los buques de más de 50 metros de longitud se limita actualmente a estructuras y componentes secundarios, por la falta, entre otros aspectos, de directrices de diseño y certificación en caso de incendio que permitan probar que el uso de esos materiales no afecta negativamente al nivel de seguridad del buque, aseguran desde los responsables del proyecto.
Por su parte, para Publio Beltran, director de TSI, este proyecto supone la evidencia de las pymes españolas en el contexto industrial internacional, en un momento, además, donde se precisa reforzar el papel de la industria europea en su conjunto como generadora de riqueza y empleo. “Las pymes están procurando retorno a este fondo de investigación con empleo y desarrollo de producto”, aseguró.