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La patronal del sector de la cogeneración, Acogen, ha salido al paso ante Real Decreto-ley 20/2018, de medidas urgentes para el impulso de la competitividad económica en el sector de la industria y el comercio en España
Para Acogen, la prórroga de vida hasta 2020 de las instalaciones de cogeneración es sin duda una excelente noticia. La medida, reclamada por la asociación desde hace meses y necesaria para que sus industrias sigan operando, es una decisión de carácter urgente para evitar el cierre de decenas de instalaciones de cogeneración, que en 2019 finalizan su vida útil, que habría significado una escalada de costes energéticos en las industrias, una pérdida de eficiencia del sistema energético y un aumento notable de las emisiones. Por ello, Acogen valora muy positivamente la medida legislativa realizada por el Gobierno.
Sin embargo, tras aplaudir esta medida que permitirá a las plantas continuar su operación por dos años, la industria cogeneradora se ve en la obligación de señalar la necesidad y urgencia de desarrollar un marco que posibilite la operación más allá de 2020 y que fomente nuevas inversiones en renovación de plantas existentes y en plantas nuevas, posibilitando así una mayor utilización de combustibles renovables, gas natural o de bajas emisiones. Para los industriales, dos años es apenas “un suspiro” para la actividad productiva y para cualquier decisión de futuro.
El RDL incorpora medidas para la cogeneración de alta eficiencia que superen su vida útil regulatoria después del 1 de enero de 2018, extendiéndola por dos años, un derecho que se extinguirá en caso de que se desarrolle un nuevo régimen regulador. Señala, igualmente, que la cogeneración es un instrumento relevante para la mejora de la eficiencia energética y la reducción de las emisiones en la industria, y que resulta necesario y urgente extender su vida útil para que toda la capacidad siga operativa, evitando que cuantiosos recursos económicos tengan que ser destinados a su sustitución en un momento en que la financiación será un recurso escaso.
Según el RDL, la industria necesita seguir operando sus cogeneraciones con un mínimo de rentabilidad y su cierre significaría escalada de sus costes energéticos, pérdida de eficiencia del sistema energético y aumento de emisiones, dado que las empresas tendrían que sustituir la cogeneración por consumo eléctrico y equipos generadores de calor equivalente. El RDL señala que es urgente evitar la pérdida de eficiencia del sistema y de rentabilidad de sus operadores, puesto que en 2018 y 2019 finalizan su vida útil decenas de instalaciones con una potencia estimada de 248 MW, de los que 237 MW pertenecen a instalaciones de cogeneración de alta eficiencia que utilizan combustibles renovables o gas natural.