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Feique y la Plataforma Tecnológica y de Innovación Española de Química Sostenible SusChem España organizaron el pasado 11 de diciembre, con el apoyo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, la jornada "Towards Zero Emissions in 2050, Key Innovative Chemical Solutions".
En la misma, expertos e investigadores del sector abordaron soluciones muy concretas y de gran potencial que la industria química ya está desarrollando para acelerar la reducción de gases de efecto invernadero derivadas tanto de la actividad industrial como de la actividad humana a nivel global.
La jornada se desarrolló en el marco de las actividades del Eje Castellana Verde de la COP25, y fue inaugurada por la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, quien quiso destacar que la industria química representa una parte muy relevante de las soluciones innovadoras y tecnológicas a los retos que plantea el cambio climático y sobre las que “España no parte de cero”. En este sentido, también quiso recalcar que la transición energética debe ser “una transición justa y ordenada para que nadie se quede atrás y para que contribuya de una forma fehaciente a la generación de riqueza y empleo”, subrayó.
Durante la sesión, participaron Cristina González, secretaria técnica de SusChem España quien puso en valor la labor de las plataformas tecnológicas y la colaboración público-privada para avanzar en las innovaciones necesarias para una economía circular y neutra en carbono en las que la química sostenible juega un papel fundamental; Iván Albertos, responsable de Advocacy y Asuntos Gubernamentales de BASF Iberia, quien explicó la estrategia, compromisos y diferentes proyectos en los que la compañía está trabajando para contribuir a una economía descarbonizada a 2030. También participó María Almató, directora de Coatings, Adhesive & Specialties de Covestro España, quien expuso cómo esta compañía está siendo pionera en su contribución a la economía circular y en el uso de CO2 como materia prima en sus productos. Asimismo, Lorena Tomás, responsable del Departamento de Proyectos de Investigación del Instituto Catalán de Investigación Química, explicó las principales líneas de investigación en las que este organismo está trabajando actualmente en la valorización de CO2 y la fotosíntesis artificial, esta última, muy incipiente pero con una gran proyección de futuro.
Durante la jornada se puso de relieve que el desarrollo de nuevas tecnologías e innovaciones en el ámbito de la química está siendo un aspecto cardinal para alcanzar el objetivo europeo de alcanzar la neutralidad carbónica antes de 2050. Tal y como destacó durante la sesión el director general de Feique, Juan Antonio Labat, “se van a desarrollar tecnologías químicas que acelerarán de forma casi disruptiva la capacidad del hombre para reducir cualquier impacto de su actividad en el clima”.
Fundamentalmente, las plantas químicas serán capaces de absorber todas sus emisiones de CO2 para luego utilizarlas como materia prima en sus procesos, contribuyendo no solo a mitigar el efecto invernadero, sino también a potenciar una economía circular completa. De hecho, varias compañías fabrican ya polímeros y productos químicos que han sustituido los hidrocarburos por dióxido de carbono y también se está trabajando ya en el desarrollo de combustibles a partir de CO2. Lo más importante es que las tecnologías de captura pueden transferirse a cualquier sector o actividad que genere emisiones.
Las principales líneas de investigación de la industria química se están dirigiendo a la utilización del CO2 como materia prima. Especialmente relevantes van a ser las tecnologías de fotosíntesis artificial, que imitarán el proceso natural de las plantas y que, utilizando luz solar, agua y CO2 serán capaces -mediante procesos químicos que replicarán la actividad enzimática natural- de generar energía y diferentes productos químicos. Es decir, esta tecnología no sólo eliminará CO2, sino que contribuirá a producir energía renovable a gran escala.
Paralelamente, la química proveerá de soluciones al almacenamiento energético, que serán fundamentales para reducir las emisiones de las dos actividades que mayores emisiones generan: el transporte y la producción de electricidad. Así, ante las limitaciones de las baterías de litio en relación a la capacidad de almacenamiento, velocidad de carga y ciclos de carga, avanza la investigación de nuevas tecnologías como las basadas en grafeno o en moléculas orgánicas, que permitirán un almacenamiento muy superior, y cargas casi instantáneas e ilimitadas.