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El fabricante alemán de cartón Moritz J Weig GmbH, consciente de que en la fabricación moderna de papel y cartón hay innumerables tareas de dosificación para las que son especialmente importantes la precisión y la alta fiabilidad, está pasándose gradualmente a las bombas peristálticas Qdos de la firma Watson-Marlow Fuid Technology Group (WMFTG).
Moritz J Weig es un proveedor de cartón plegable y cartón yeso hecho de papel recuperado. En la sede de la compañía en Mayen trabajan unos 600 empleados en dos máquinas para cartón con una capacidad total de 630.000 toneladas al año.
Para una producción moderna y eficiente de papel es inevitable dosificar diferentes sustancias químicas, como aditivos de papel o ayudas de procesado. En ambas máquinas para cartón de Weig se producen muchas tareas de bombeo para las que la compañía confía en diferentes tipos de bombas. No obstante, para las tareas de dosificación difíciles que exigen precisión y fiabilidad, Weig está cambiando gradualmente su foco hacia las bombas peristálticas Qdos de WMFTG.
El primer campo de pruebas de una bomba Qdos en Weig fue en la sección húmeda de la KM3, una máquina plegadora de cartón de cajas. Durante la creación de la hoja para la capa superficial se dosifica un agente químico antiespumante en el agua corriente. Hasta hace poco se utilizaban bombas de diafragma magnéticas, pero no eran capaces de garantizar la precisión necesaria a largo plazo. "Las bombas de diafragma realizaban tareas de dosificación con un fuerte caudal pulsante", informa Peter Molitor, ingeniero de proyecto y responsable de tratamiento de materiales y agua en ambas máquinas para cartón en Weig. "Utilizamos un caudalímetro para controlar la dosificación, pero, debido a la elevada pulsación, el registro de la dosificación era difícil y no fiable", añade.
Por su parte, cuando la dosificación no es exacta, puede producirse un impacto negativo en la calidad del producto, y a veces produce incluso el rechazo del stock. Y es que los altos requisitos de mantenimiento y reparación de las bombas de diafragma demostraron ser problemáticos para el proceso de producción, y su diseño implica la necesidad de tener una válvula esférica en la entrada y otra en la salida. "Estas válvulas tendían a atascarse, generando nuevos problemas causados por membranas rotas", asegura Molitor. "La sustitución de una membrana es una tarea muy laboriosa y, por ende, cara, así que en muchos casos simplemente sustituíamos toda la bomba para minimizar la parada de la producción". La compañía empezó a buscar alternativas y encontró lo que estaba buscando en la bomba de dosificación Qdos de WMFTG.
Las bombas Qdos no tienen membranas, válvulas ni juntas. Además, utilizan un principio especialmente innovador de diseño: la única pieza de desgaste es el cabezal de bombeo patentado ReNu, que se puede sustituir rápidamente sin herramientas. Dado que el cabezal de bombeo está completamente sellado, se evita la fuga de líquido, impidiendo que el operario entre en contacto con las sustancias químicas. "El uso de bombas Qdos ha impedido que se pierdan por el desagüe fibras preciosas, rellenos y sustancias puras", explica también Molitor. "Las bombas suministran de 33 a 38 litros/hora cada una del ligeramente viscoso agente de retención en diferentes puntos de dosificación en la línea de agua de disolución, con una contrapresión de unos 5 bares".
Asimismo, en términos de costes de inversión, "las bombas Qdos son muy superiores a las bombas de tornillo PC utilizadas anteriormente para esta tarea y que fallaron repetidamente. Un problema importante fue la protección insuficiente contra el funcionamiento en seco. La bomba se dañaba incluso después de un periodo corto de tiempo funcionando en seco", aseguran desde la compañía. Las bombas Qdos son autocebantes y funcionan en seco, así que en el caso de que se produzca una interrupción del flujo, el bombeo se reanuda sin necesidad de un cebado manual, apuntan.