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El reciente proceso abierto por el Ministerio de Hacienda para implantar un impuesto que grave exclusivamente a los envases plásticos de un solo uso presenta importantes puntos alarmantes en cuanto a su impacto sanitario y socioeconómico, defiende EsPlásticos, plataforma que integra a los principales actores de la cadena de valor de los plásticos en España (ANAIP, PlasticsEurope, Cicloplast, Aimplas).
La plataforma manifiesta su preocupación por el carácter discriminatorio de la propuesta del Ministerio y, especialmente, por la falta de un estudio científico detallado previo sobre el impacto sanitario, medioambiental y económico de reducir el envasado plástico. “Tampoco la reciente Directiva Europea de Plásticos de un Solo Uso (SUP) ha contado con un estudio de impacto, a diferencia de legislaciones similares que desarrollaron estudios de hasta dos años. Las empresas del sector consideran alarmante la aprobación exprés de normas con un impacto medioambiental, y en nuestros hábitos de vida y consumo, tan profundos”, asegura.
EsPlásticos considera que un impuesto intencionadamente discriminatorio que solo grave a un material, el plástico, con el fin de desincentivar su uso, es alarmante a nivel de seguridad alimentaria y sanitaria. “Los plásticos son los materiales más regulados por parte de las autoridades y por ende los más seguros. Sus características ofrecen la mayor protección del alimento con el que están en contacto, ayudando a evitar la propagación de epidemias y enfermedades”, añade.
A nivel sanitario, la tendencia a reducir el uso de plásticos en los materiales en contacto con la comida ya se ha traducido en un aumento de las alertas alimentarias en la Unión Europea del 17 %, señalan también en este comunicado.
Para EsPlásticos no deja de ser curioso que una propuesta definida por el propio Ministerio como medioambiental no venga precedida de un estudio de impacto ambiental (huella de carbono o consumo de recursos) por productos y materiales. “Sustituir todo el envasado plástico europeo requeriría al año el doble de energía, triplicando las emisiones de efecto invernadero (97,4 millones de toneladas frente a 36,6 millones)”, apuntan desde la plataforma.
Para las empresas del sector, sustituir el plástico simplemente traslada el problema de residuos a otros materiales. Por ello, proponen alternativas más eficientes como un impuesto nacional al vertedero, similar al de otros países europeos donde apenas hay vertido de residuos. Un impuesto que recomienda la propia Comisión Europea como medida para penalizar el depósito en basurero de residuos reciclables, de todo tipo de materiales, recalcan.