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Repsol presentó el pasado 26 de noviembre su Plan Estratégico 2021-2025, período en el que avanzará en su objetivo de ser una compañía cero emisiones en 2050, con un proyecto que profundiza en la transformación, aseguran.
La compañía apostará por la descarbonización de su cartera de activos y el desarrollo de un nuevo modelo operativo que pondrá en valor sus actuales fortalezas para sumar nuevos pilares en los que se apoyará la compañía en el futuro como son el negocio Cliente (aglutinará las actuales áreas de Movilidad, GLP, Movilidad eléctrica, Comercialización de electricidad y gas, Soluciones energéticas y Lubricantes ) y la generación baja en carbono. Con todo ello, en el año 2030 Repsol será una compañía renovada, más sostenible y con mayor foco.
La nueva estrategia de Repsol tendrá un alto grado de flexibilidad en función del escenario macroeconómico. Se pone en marcha en un contexto de histórica dificultad, ante el que Repsol respondió con un Plan de Resiliencia 2020 que ha permitido obtener un flujo de caja operativo positivo en todos los negocios en los primeros nueve meses del año, y unos ahorros estimados al cierre del ejercicio de 2.400 millones de euros, apuntan desde la multinacional.
La compañía ha establecido dos períodos en su Plan Estratégico. En los dos primeros años se enfocará en asegurar la fortaleza financiera, extendiendo los programas de eficiencias y competitividad que puso en marcha el pasado mes de marzo.
El Plan Estratégico se autofinanciará en un escenario de 50 dólares/barril de Brent y 2,5 dólares/Mbtu de gas Henry Hub, precios en los que la compañía garantiza además el mantenimiento de una elevada flexibilidad financiera y de un nivel de deuda en 2025 similar al de 2020.
Durante el primer período el Plan priorizará medidas de eficiencia, reducción de inversiones y optimización del capital, al tiempo que se desarrollarán proyectos para liderar la transición energética, como los anunciados para las refinerías de Bilbao y Cartagena o los distintos activos renovables que Repsol está poniendo en marcha. A partir del año 2022, una vez recuperado el impacto de la crisis de la COVID-19, el Plan se enfoca en la aceleración del crecimiento.
La nueva estrategia a cinco años contempla inversiones por valor de 18.300 millones de euros. Las inversiones en iniciativas bajas en carbono ascenderán a 5.500 millones de euros entre 2021 y 2025, un 30 % del total, e irán acompañadas de una expansión internacional en este ámbito. A lo largo del período, Repsol registrará un fuerte crecimiento del EBITDA, hasta superar los 8.200 millones de euros previstos en 2025.
Para llevar a cabo el Plan Estratégico, Repsol evolucionará su organización desplegando cuatro áreas de negocio (Upstream, Industrial, Cliente y Generación baja en emisiones), apoyadas por áreas corporativas y de servicio más eficientes, con lo que incrementará la obtención de resultados y el afloramiento de valor, señalan, asimismo, en el comunicado emitido.
“Con este nuevo Plan Estratégico, basado en nuestras fortalezas, damos un paso significativo hacia el objetivo de ser una compañía cero emisiones netas, siguiendo una ruta rentable y realista, con la que podremos crecer, maximizando el valor para nuestros accionistas y asegurando el futuro”, aseguró Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.