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Urbaser y Socamex son los coordinadores del proyecto flagship Circular Biocarbon, cuya reunión de inicio ha tenido lugar esta semana, y que ha sido dotado con un presupuesto de 23 millones de euros.
El objetivo no es otro que el de desarrollar una biorrefinería pionera en Europa, diseñada para convertir la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (FORSU) y los fangos de depuradora en productos de valor añadido, desde partes móviles mecánicas, a cámaras de visión nocturna y dispositivos para telecomunicaciones 5G y posteriores.
El proyecto, que recibió la máxima puntuación por parte de la Comisión Europea, e incluye a 11 partners de cinco países europeos (España, Italia, Dinamarca, Francia y Alemania), es un hito para toda Europa debido a su escala de implementación (nivel industrial) y también a su alto potencial de replicación, aseguran sus responsables.
Las líneas de proceso de la biorrefinería a implementar en España comenzarán a construirse en 2022 en las instalaciones del Centro de I+D+i de Urbaser “Alfonso Maíllo” y en el Complejo para Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ), que el Ayuntamiento de la ciudad posee en el Parque Tecnológico del Reciclaje (PTR). Al final del proyecto, una biorrefinería a escala comercial estará completamente operativa, siendo capaz de tratar todos los residuos orgánicos producidos por una ciudad de tamaño mediano.
Urbaser, una compañía global para la gestión medioambiental, y Socamex, la división de aguas de Urbaser, coordinarán este proyecto de cinco años. “Se trata de un proyecto de economía circular en el que se construirá y explotará la primera biorrefinería de residuos sólidos urbanos y lodos de depuradora a escala industrial, con el fin de valorizar la fracción orgánica del residuo sólido urbano y los lodos de EDAR a través de productos de alto valor añadido”, señala Eduardo Fernández, director de Innovación de Urbaser.