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AIPEX, Asociación Ibérica del Poliestireno Extruido, que representa a los principales fabricantes de este material, ha querido hacer balance de un 2021 que cierra con resultados “mejor de lo esperados” en un escenario de pandemia que hacía difícil realizar previsiones certeras y que ha tenido que hacer frente a dificultades e imprevistos.
“2021 ha sido un año marcado por la inseguridad en el abastecimiento de materias primas y en la incertidumbre de los precios. Estas condiciones adversas han provocado cambios constantes en los precios del mercado y, por lo tanto, en las tarifas. Pero, a pesar de estos problemas y contratiempos, cerramos el año con satisfacción”, aseguran los asociados de AIPEX.
La industria del Poliestireno Extruido (XPS) confía en que el trabajo realizado a lo largo de los últimos años para trasladar al mercado las ventajas de este material y su aporte en sostenibilidad a los edificios, tenga cada vez mayores frutos, sobre todo en un 2022 en el que se espera una gran dinamización del sector de la rehabilitación con la llegada de los fondos europeos. “En mayor o menor medida todos hemos centrado nuestros esfuerzos en demostrar que el XPS es un producto capaz de aportar sostenibilidad a los inmuebles en los que se instala. No solo por el confort térmico que aporta, sino también porque es un producto completamente reciclable y que cada vez cuenta con un mayor contenido de material reciclado en su composición contribuyendo a la economía circular y disminuyendo las necesidades de materias primas”, añaden.
Por su parte, desde la patronal opinan que para el próximo ejercicio “el auténtico desafío es poder trasladar al mercado y a los agentes que lo forman, que el XPS es un material seguro, de gran durabilidad y resistencia y, por supuesto, sostenible. Gracias a este material aislante se pueden cubrir todas las necesidades energéticas planteadas por cualquier rehabilitación de inmuebles”.
Sin embargo, como posibles frenos al crecimiento, “a los principales fabricantes de XPS de la península ibérica nos preocupa, aparte de la escasez de materia prima, que parece que va para largo, también la escasez de mano de obra y de gente especializada en construcción. Tenemos que conseguir revalorizar el oficio, sobre todo, económicamente”, puntualizan.