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Para que tus plantas crezcan fuertes y saludables, debes conocer la importancia del sustrato para los cultivos. Sin embargo, este aspecto tan fundamental de la agronomía muchas veces se pasa por alto, lo que, a su vez, afecta de forma considerable el de las plantaciones. Es por eso que en este post te explicaremos la importancia del sustrato para los cultivos, y algunos tips para que sepas cómo prepararlo correctamente.
Este aspecto es esencial al trasplantar las plantas, ya que de eso depende su desarrollo, tiempo de vida y reproducción. Cuando estás son plantadas en una buena superficie, con los nutrientes adecuados, crecerán fuertes y sanas.
La principal función del sustrato es retener el agua, el oxígeno y las propiedades el tiempo suficiente para que se realice el proceso de fotosíntesis sin interrupciones. Además, es la forma en la que principalmente las raíces se desarrollan, y a la vez se drenan los fluidos con facilidad para que estas se mantengan con un buen sistema de aireación.
Cabe destacar que los sustratos para cultivos que son equilibrados, es decir, que tienen un buen balance de materia orgánica e inorgánica, son indispensables para una correcta absorción y evaporación del agua. Por eso, si esta área es muy compacta y no tiene un buen drenaje, como consecuencia las raíces se pueden pudrir o secarse, causando así la muerte casi segura de cualquier planta.
Aunque existe una amplia variedad de materiales que puedes utilizar como sustrato, estos se pueden clasificar al menos de dos formas. La primera está relacionada con aquellos elementos inorgánicos, puesto que son químicamente inactivos y de origen mineral, como la arena granizada, grava, roca, arcilla, entre otros.
Este primer grupo trabaja como soporte o anclaje de las raíces del cultivo, pero la capacidad de absorción de nutrientes en ellos es relativamente baja en comparación con otros. Para que este proceso sea el adecuado necesitará la ayuda de fertilizantes.
La segunda clase de sustrato son los materiales orgánicos que son de una fuente natural o vegetal. Estos tienen una química más activa, como las cortezas de los árboles, la vermiculita, turbas rubias, negras y más. En este caso las plantas pueden absorber mejor los nutrientes más rápidamente, debido a las propiedades orgánicas de este.
Lo primero que debes hacer es elegir los componentes que formarán parte de él para obtener los mejores resultados. Puedes seleccionar varios elementos y mezclarlos para potenciar las propiedades, o por si el cultivo necesita una fórmula específica.
Para lograr esto debes utilizar un recipiente limpio con una altura suficiente para retener todos los materiales; luego, puedes añadir en él los componentes de tu sustrato en partes iguales y, con tus manos, procede a unirlos hasta que estén todos integrados de forma homogénea.
Para finalizar está preparación, añade una cantidad de agua suficiente para que se incorpore cada elemento y que al plantar en el recipiente los cultivos se mantengan estables. Una excelente opción es emplear sustratos para cultivos que vienen previamente preparados; estos son de muy buena calidad y por un tiempo las plantas no necesitarán más abono.