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El proyecto de Fertiberia para la restauración de los apilamientos de fosfoyesos Restore 20/30, que logró en 2020 la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), ha quedado avalado por diferentes autoridades científicas, señalan desde la multinacional.
Entre los organismos que han participado en el proceso de evaluación ambiental de Restore 20/30 se encuentran el Instituto Geológico y Minero de España (organismo que depende actualmente del CSIC y es la máxima autoridad científica en geología, hidrogeología, ciencias geoambientales y recursos geológicos), así como el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), órgano independiente que es la máxima autoridad en España para asegurar la protección radiológica de las personas y el medio ambiente.
En este proceso, en el que se han tramitado y dado respuesta a más de 3.000 alegaciones, quedó sólidamente constatado por organismos independientes -que ofrecen las máximas garantías de independencia y rigor científico- que Restore 20/30 es seguro y el mejor proyecto de restauración para el apilamiento de fosfoyesos, por lo que la prioridad absoluta de Fertiberia es comenzar su ejecución cuanto antes, han asegurado también desde Fertiberia.
Así, la compañía ha querido responder a todas las "informaciones que se han filtrado las últimas semanas interesadamente en diversos medios de comunicación, las cuales se basan en estudios y alegaciones que en esencia ya han sido analizados, respondidos y desestimados en el proceso de evaluación de impacto ambiental del proyecto, que es el único procedimiento que está legalmente previsto y dotado de todas las garantías necesarias para determinar su idoneidad”, añaden desde Fertiberia.
Uno de los aspectos que las filtraciones a medios de comunicación pretenden poner en cuestión es la estabilidad del apilamiento. La compañía, con la colaboración de Eptisa, aportó los informes técnicos pertinentes en los que han participado, entre otros organismos, la Universidad Politécnica de Minas de Madrid, y analizó toda la cartografía geológica reciente y las bases de datos sobre fallas activas, complementando esta información con estudios elaborados con técnicas geofísicas e imágenes satelitales. Dichos estudios concluyen que la capacidad portante del apoyo (la marisma) bajo el apilamiento de fosfoyesos está ampliamente estudiada, analizada y zonificada, así como modelizado el comportamiento de la estructura soporte para las diversas hipótesis de carga, encontrándose en todos los casos, incluso ante un sismo extremo, dentro del margen de seguridad establecido por la normativa vigente, las guías de recomendaciones geotécnicas actuales, y las buenas prácticas de ingeniería. Es más, a medida que trascurre el tiempo, los terrenos se van consolidando más y son más estables. Todos los análisis han sido supervisados por el IGME, que los ha considerado adecuados y suficientes, comentan también desde la compañía.