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De acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, la escasez de gas será uno de los principales desafíos para el sector químico en 2023. La escasez de gas natural o las posibles medidas de racionamiento tendrían un grave impacto en los productores químicos europeos. El informe prevé que los impagos del sector químico crezcan durante 2023 en mercados tan relevantes como China, España, Francia, Italia, Países Bajos o Reino Unido.
Para la aseguradora, la industria tendrá que afrontar la desaceleración económica que afectará a muchos de sus clientes. Las persistentes y crecientes presiones inflacionistas y el agresivo endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales pesan cada vez más en las economías avanzadas. Una recesión persistente y una inflación elevada podrían provocar un fuerte deterioro de la demanda de productos químicos, tanto por parte de los consumidores como de sectores compradores como la automoción o la construcción.
Europa enfrenta una desventaja competitiva a largo plazo: el fracking otorgará al sector en Estados Unidos una ventaja debido a los precios más bajos y estables del gas, lo que ya está atrayendo mayores inversiones. Otro elemento transformador del sector es el aumento de las clases medias en los mercados emergentes, que debería impulsar la demanda global. El sector también afronta los efectos de la transición energética y la preocupación por la sostenibilidad, que generan directivas reguladoras más estrictas, cambios en las preferencias y hábitos de compra de los clientes y una creciente demanda de productos verdes y éticos. El informe de la aseguradora de crédito prevé que el sector acometa grandes inversiones en descarbonización y optimización de su huella de carbono en los próximos años.
El sector químico presenta un riesgo alto de impago en cuatro mercados: Eslovaquia, Hungría, Portugal y República Checa. Nueve mercados presentan un riesgo bajo o muy bajo: Corea del Sur, Dinamarca, Hong Kong, Irlanda, Japón, Nueva Zelanda, Suecia, Tailandia y Taiwán. El riesgo se sitúa en niveles moderados en Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, China, Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, México, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, Singapur, Suiza, Turquía.
En España, tras la disminución de los beneficios en el segundo trimestre de 2022, debido a los elevados costes de la energía y las materias primas, los productores químicos empezaron a repercutir las subidas de precios a sus clientes finales a partir del tercer trimestre. Esto ha dado lugar a una recuperación parcial de los márgenes, pero se mantiene la preocupación por la liquidez del sector, ya que el aumento de los costes de financiación y el deterioro del comportamiento de los pagos de los clientes aumenta la presión financiera. Además, es probable que la demanda de las principales industrias compradoras se deteriore en los próximos meses. No obstante, en 2023, las empresas químicas españolas podrían beneficiarse circunstancialmente de una menor competencia si sus homólogas de Europa central se ven obligadas a recortar producción.