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Ante la crisis energética global, expertos en el sector señalan la energía nuclear como una posible solución, que aporta una alternativa limpia y sin problemas geoestratégicos para la adquisición de combustible.
España es el único país del marco europeo que mantiene un calendario de clausura de plantas nucleares antes de 2035, pero no existe ningún motivo técnico, económico o de seguridad que aporte señales que lleven a su rechazo. Así lo destaca Yolanda Moratilla, presidenta del Comité de Energía del Instituto de Ingeniería de España: “Deberíamos seguir la senda europea de aceptación de la neutralidad tecnológica, escogiendo lo mejor para el país. Es decir, la combinación de energías renovables con nuclear, que tal y como apuntó recientemente la taxonomía europea, se trata de una energía verde”, explica.
La energía nuclear garantiza la descarbonización del mix energético, pero lo hace, además, de forma económicamente sostenible y garantizando el suministro energético. A su vez, es la tecnología energética que permite la mayor penetración de renovables en el mix sin comprometer la red eléctrica nacional, como destacan en el IIE.
Para hablar del futuro de la energía nuclear en nuestro país, resulta necesario mencionar los SMR, reactores modulares pequeños por los que ya apuestan fuertemente diversos países como Estados Unidos o Canadá. Por su pequeño tamaño, son de fácil adaptación para cubrir las necesidades eléctricas más pequeñas que las clásicas centrales nucleares, pues están diseñados para incluir una potencia menor de 300 MW, a los que se les puede añadir nuevos módulos con características muy similares. Además, pueden ser transportados para cubrir necesidades temporales, abundando que hay varios diseños que permiten la regulación de potencia mediante, por ejemplo, la fabricación de hidrógeno.
Para alcanzar un 30 % de nuclear en el mix energético, serían necesarios 10 reactores SMR de 300 MW, lo que correspondería a la máxima penetración de energía renovable en el mix, desde el punto de vista de sostenibilidad técnica. Entre 10 y 15 reactores sería el número ideal que garantizaría la descarbonización del mix, la estabilidad técnica del sistema y el control de la factura eléctrica.
Por su parte, al tratarse de reactores modulares, cuentan también con la ventaja de la agilidad en la construcción, que se reduce considerablemente con respecto a las nucleares convencionales, destacan desde el Instituto de Ingeniería de España. Además, el hecho de que sean modulares hace que no requieran de unas características geológicas concretas para su construcción, pues no necesitan una fuente de agua refrigerante cercana, tal y como ocurre con las plantas nucleares actuales, subrayan desde el IIE.
De esta forma, Moratilla sostiene que “la crisis energética española y los altos precios de la electricidad no terminará, mientras no se produzca una desgasificación del mix energético, que provocará la descarbonización del sistema eléctrico. Al mismo tiempo, lograremos ventajas geopolíticas por la menor dependencia de terceros países de fuera de la Unión Europea y beneficios, ya que la única forma de desgasificar el sistema es con energía nuclear que contendrá los precios y dará robustez a nuestra red eléctrica”.