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La asociación FIA, Fire Industry Association, ha publicado un estudio realizado en 2020 sobre las falsas alarmas de los detectores domésticos y de uso comercial, tal como detallan desde la asociación Tecnifuego.
Entre las conclusiones del estudio se señala la recomendación de que los detectores de humo domésticos hay que reemplazarlos pasados 10 años de su vida útil, y en el caso de detectores instalados en comercios se recomienda reemplazarlos después de 15 años, siempre que los fabricantes no especifican que sea antes.
Igualmente, en la Revisa Gulf Fire el experto Paul Pope señala algunos datos interesantes, añaden también desde Tecnifuego. El término "vida útil" cuando se utiliza en el contexto de los sistemas de seguridad y contra incendios, se relaciona con la capacidad de todo el sistema de detección y alarma de incendios para funcionar correctamente y permanecer en pleno funcionamiento mientras se encuentra bajo el ataque de un incendio.
Aunque ya existen una serie de estándares relacionados con la vida útil de los sistemas, no existe una sola norma que determine la necesidad de la capacidad de vida útil general de un sistema de detección y alarma. Por ello, debe ser una responsabilidad compartida entre todos los profesionales del sector (fabricantes, instaladores, mantenedores y usuarios). Una mayor conciencia de su importancia, requerirá un enfoque de colaboración en toda la industria. Hay varios estándares que tocan la capacidad de vida útil, pero la comprensión y las implicaciones en la vida real varía considerablemente y no existe una especificación clara de rendimiento de la industria para la capacidad de la vida útil.
Según los expertos, reseñados por su parte por Tecnifuego, para lograr los estándares adecuados de vida útil hay que actuar desde el inicio del proceso de diseño, instalación y puesta en marcha del sistema. Así, si se tiene en cuenta desde el diseño, y cada elemento individual del sistema es capaz de sobrevivir durante el tiempo requerido por el edificio y su estrategia de evacuación, se lograrán los resultados anhelados.
Diseñar sistemas de seguridad contra incendios que tengan en cuenta la vida útil desde el proyecto es lo que recomiendan los principios descritos por Dame Judith Hackitt en su informe ´Construyendo un futuro más seguro´ de 2018, que se publicó a raíz del desastre de la Torre Grenfell. En su informe, Hackitt recomienda la introducción de un enfoque de "hilo dorado" que se aplica "tanto a la información que le permite comprender un edificio como a los pasos necesarios para mantener seguros tanto al edificio como a las personas, ahora y en el futuro".
La guía tiene como objetivo concienciar a los responsables del diseño, la construcción y la gestión de los edificios. La recomendación de Hackitt es que se tenga en cuenta la seguridad en cada etapa del ciclo de vida de un edificio.
Igualmente se señala el papel de la tecnología avanzada para garantizar la vida útil de los sistemas de detección y alarma, dadas las posibilidades y ventajas que ofrecen los sistemas de gestión y control remoto de señales para el mantenimiento y recepción de las alarmas.
Volviendo al trabajo de investigación que ha presentado la Asociación FIA, podemos reconocer algunas pistas para determinar el período óptimo de reemplazo de alarmas y detectores de humo en ambientes domésticos y comerciales respectivamente, indican desde la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios.
La primera etapa de este trabajo fue identificar los límites de aprobación/rechazo midiendo la sensibilidad de los nuevos detectores de humo ópticos que se instalan en vivienda y comercio, en un entorno controlado utilizando equipos de prueba adecuados. Esto estableció los límites de sensibilidad durante las pruebas in situ.
En la segunda fase de este trabajo se visitaron determinadas viviendas y comercios que tenían instalados detectores de humo ópticos antiguos para probar su sensibilidad. Se registró la antigüedad, el modelo, el fabricante, la limpieza del entorno, el estado del dispositivo, la posición de la alarma/detector, la orientación y el resultado del aparato de análisis digital para cada alarma y detector medido. Estos datos luego se usaron para identificar si la sensibilidad de las alarmas y detectores se había visto afectada con el tiempo.