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Repsol ha presentado los resultados del pasado ejercicio 2022, en el que obtuvo un resultado neto de 4.251 millones de euros. Por su parte, las inversiones se situaron en los 4.182 millones de euros, un 40 % más que el año anterior, dirigidas principalmente a la península ibérica y Estados Unidos.
En un ejercicio 2022 marcado por la incertidumbre, la volatilidad y complejas dinámicas de mercado derivadas de la invasión de Ucrania, Repsol obtuvo un resultado neto de 4.251 millones de euros, de los que cerca del 64 % procedieron del negocio internacional. Los beneficios anotados en 2021 y 2022 (6.750 millones de euros) aún no permiten compensar las pérdidas de los ejercicios 2019 y 2020 (7.105 millones de euros). “Somos conscientes de nuestra labor como servicio esencial para la sociedad. Para nosotros, siempre es prioritario cumplir con esa responsabilidad, que emerge con más importancia, si cabe, en momentos complicados como los que hemos vivido en los últimos años. En 2022, nos esforzamos en garantizar el suministro, reducir el impacto de la crisis energética en nuestros clientes e invertir en el futuro industrial de España, a la vez que continuamos potenciando nuestro perfil como compañía multienergética y avanzando en la descarbonización”, ha asegurado Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.
En 2022 Repsol invirtió 4.182 millones de euros para avanzar en la transformación de su actividad, un 40 % más que el año anterior. La mayor parte de esta cantidad se empleó en proyectos en la península ibérica y Estados Unidos. En concreto, la compañía invirtió en España 1.400 millones de euros durante el ejercicio. Para impulsar su perfil multienergético, Repsol tiene previsto realizar una inversión orgánica histórica, de más de 5.000 millones de euros, en 2023. El 35 % de estas inversiones se asignarán a proyectos bajos en carbono, lo que refuerza su carácter transformador.
En línea con su objetivo de ser cero emisiones netas, el 35 % de las inversiones totales contempladas en el Plan Estratégico 2021-2025 se dedicarán también a proyectos bajos en carbono, cifra que aumentará hasta el 45 % en 2030.
La transformación de sus grandes centros industriales, seis de ellos en la península ibérica, concentra una parte relevante de las inversiones. En 2023, Repsol seguirá dando pasos para asegurar el futuro de sus centros industriales, con hitos como la puesta en marcha en Cartagena de la primera planta de biocombustibles avanzados de España, a la que destinará un total de 200 millones de euros. “La transición energética que están haciendo Europa y España debería ser una transición menos ideológica y más tecnológica; una transición que aborde cómo ser más sostenibles, pero también, cómo garantizar el suministro energético y una energía más barata y competitiva para los ciudadanos y empresas”, ha añadido el consejero delegado de Repsol.